Cuando sientas que algo te llama,
y lo oyes con la llama del corazón,
y al desviar la atención hacia otro punto,
es la llama que arde de aquello
que no apagas nunca,
y aunque la ahogues con un manto
eso siempre permanece y se enriquece
cuando, por un instante
alguien habla de aquello,
es entonces cuando salta el anhelo
del futuro incierto, pero cierto.
No puedes ignorarlo, no puedes ocultarte
y aunque quieras negarlo, no desaparece.
Es así y solo así cuando sabes,
no porque lo sabes, sino porque lo tienes,
que algo te llama y debes acudir a cumplir
con ese deber que no puedes esconder.
Pon atención para escuchar tu misión
y encontrar en ella
el cumplimiento de la promesa.
De tiempo a tiempo
antes que sea el tiempo
te acuerdas de aquello,
en lo cual has meditado con empeño,
y te decides y al momento desistes
¿Por qué? No se,
tal vez es muy alto el punto que promete
y tu muy abajo te comprometes.
Hablas de eso,
sueñas con eso,
y al momento haces planes ajenos.
Es decisión, es comunión,
para cumplir la misión.
No dejes que te lo digan otros,
para que no peques de dudoso.
Es más bien con el corazón
y no con razón
que se cumple esta misión.
Debes entender
que a Dios nada debes esconder,
porque si lo haces no vas a proceder.
Entiende hoy este consejo,
no dejes llegar a viejo
para comenzar a vivir
en el trayecto que cumple tu propósito al nacer.
Es un llamado, no un encargo o un mandado.
Entiende que juegas con solo una vida,
no hay dos a más,
y en esa tú cumplirás tus destrezas.
Solo déjate usar y a comenzar
entendiendo que largo puede ser llegar,
pero llegaras.
Es la promesa latente que se cumplirá.
Si hoy no decides buscar
y seguir tu propósito,
entonces talvez
te quedes con el querer,
con la intención, pero sin cumplir la misión,
¿Por qué tanta duda?
¿Por qué tanto escudriñar?
Solo cree y entenderás
y ya no te enredaras,
el mensaje es simple, el mensaje es sencillo,
ve y has tu lo que se te ha dicho.
Y hoy yo escribo estas líneas
sin pensar que he de editar,
y así luego en ellas meditar
que tú me has puesto a pensar.
Y es en la realidad de comenzar
a caminar solo por eso,
no te dejes dominar
por el mismo andar de todos,
porque ellos a eso fueron puestos,
y no tú, aquellos con eso y tú con esto.
Si entiendes el principio de la obediencia
y agregas el ingrediente de la paciencia,
construirás la visión en realidad,
pero clarifica tu visión, y quita la emoción,
visión clara, misión cumplida.
Ahora entiendes porque a ti te parece
que el reloj se detiene para ti,
y sigue para los demás.
Es solo entender
que n hay que girar al revés.